El psiquiatra y escritor Andrew Marshall asegura que el indicador que se usa actualmente para medir la permanencia en pareja ya no es el afecto o el amor, sino el enamoramiento.
No podemos hablar de las etapas del desamor, sin conocer las etapas por las que pasa el amor. ¿Quién no ha sentido alguna vez la fuerza inexplicable del amor? Todas las personas, en un momento u otro de su vida, se han visto arrastradas por él. ¿Por qué nos fijamos en una persona en concreto y no en otras? La respuesta no está clara. Pero se sabe que hay varios factores que influyen: hay un componente cultural muy importante, el momento en el que nos encontremos y estar dispuesto a enamorarse.
¿Qué hace que cuando entremos en un lugar lleno de gente nos fijemos sólo en una persona? ¿Qué hace que se encienda esa “química” del amor? Uno de los elementos que definió Baudelaire, poeta y crítico de arte, es que amamos a las personas en la medida en que nos resultan “extrañas”. El misterio se asocia a la novedad, y la novedad está asociada al neurotransmisor del amor: la dopamina. Aunque la química del amor es compleja y nos lleva a contradicciones, ya que también nos sentimos más atraídos por personas que sean similares a nosotros, desde las características físicas, hasta aspectos de la personalidad.
¿Qué es el enamoramiento? Es uno de los pocos momentos en los que te sientes más vulnerable, y por lo tanto, abierto al cambio. ¿Qué etapas tiene? Según Elsa Punset estas serían las etapas:
· La Limerancia o enfermedad del amor: el deseo por fundirse con el otro. “No dejo de pensar en ti”. El enamoramiento se parece a una adicción. Generamos altas dosis de neurotransmisores como la dopamina, serotonina, y noreprinefina. Aumenta el deseo… Nuestro cerebro, al estar enamorado nos pide más y más…
· Una vez que el enamoramiento se acaba, sucede lo que Marshall denomina como el Vínculo amoroso. Éste vínculo necesita cuidados y esfuerzos. No como en el enamoramiento, donde parece que el amor es eterno. Aquí aparece la rutina, el estrés, las preocupaciones, que hacen que descuidamos ese vínculo. Entonces, lo que sentimos por la otra persona se transforma en afecto. Nosotros sentimos afecto por nuestros amigos y familiares, pero ¿por nuestra pareja? Necesitamos sentir amor.
Y es aquí cuando viene la persona que es dejada a consulta diciéndome: “me dejó. Me ha dicho: Te quiero, pero que ya no está enamorado de mí”. El desamor es una experiencia universal.
El amor es como una droga, y luego van y te la quitan. Sube la dopamina, igual que cuando te enamoraste, y entonces vuelves a sentir menos interés por la comida y te cueste dormir, como cuando estabas enamorado.
¿Por qué etapas pasamos en el desamor?
La primera etapa es la negación de lo ocurrido. El estado de shock. Niegas lo que te ha ocurrido como una forma de protegerte contra el dolor que sientes. Incluso piensas, que lo que te está pasando, no va contigo.
La segunda etapa es la ira. Te enfadas. Por una parte te encantaría volver con la persona amada, pero por otra estás enfadado por todo lo que ha pasado. En esta etapa es bueno no obsesionarse con la otra persona, y centrarte en tu futuro. Es recomendable quitar de la vista recuerdos, fotos, objetos que te recuerdo a él o a ella…
La tercera etapa es la negociación. Es cuando empiezas a reprocharte todo lo que podíais haber hecho por vuestra relación y todo aquello que no habéis hecho juntos. En este caso es bueno hablar de lo que sientes, practicar deporte, llorar, e incluso pedir ayuda psicológica.
La última etapa es la de la depresión o tristeza. Empiezas a aceptar, lo que ha pasado. La aceptación es la no resistencia. La integración de lo que ha ocurrido dentro de tu vida, para poder seguir adelante. Tiendes a aislarte, a sentirte vacío porque nada te interesa. Puedes contemplar pedir ayuda profesional si ves que por ti mismo es difícil afrontarlo.
¿Qué diferencia hay entre aceptar lo ocurrido y resignarse? Resignarse es pensar: “no me queda más remedio que aguantarme…” y no hacer nada para cambiar tu futuro. Aceptarlo sería tratar de comprender lo que ha ocurrido, y sacar un aprendizaje de ahí: convertir el sufrimiento en autoconocimiento. Es aquí donde puede venir tu momento de cambio: apúntate a algo que nunca habías hecho, haz cosas que te hagan reír y que te vuelvan a generar ilusión. El desamor es la lección que nos da la vida para aprender y para cambiar. Por eso, la próxima persona con la que vayas a estar, será muy afortunada.
Estoy totalmente de acuerdo en que del desamor podemos extraer valiosas lecciones y, además, si maduramos y seguimos hacia delante, puede servirnos para que nuestro siguiente amor sea más pleno y auténtico. Pero no hay que olvidar cuidar siempre a las personas que nos aman, ser comprensivos y hacernos respetar, porque no todo vale con tal de conservar un amor.
Yo estoy de acuerdo en las etapas pero hay gente que nunca madura y vuelve a cometer los mismos errores con las siguientes parejas.
estoy totalmente deacuerdo. Aprender del desamor, es muy importante para seguir adelante y tener nuevas expectativas más realistascon respecto a nuevas personas en nuestras vidas.
Me he visto identificado en el relato sobre el desamor, como nunca lo había sentido antes me está costando salir, el perdón y mi voluntad de seguir a delante con esperanzas me hace sentir bien y estoy seguro que lo conseguiré.
En una relación (de pareja, amistad o cualquier tipo de relación) ahora y no antes, pienso que los dos tienen en la mayoría de los casos su parcela de no haber hecho las cosas como se tienen que hacer.
Si una persona no hace las cosas como se tienen que hacer, es porque no las sabe hacer mejor o es mal intencionada.