Gary Chapman en su libro “Los cinco Lenguajes del amor”, nos habla de cinco maneras básicas en las que las personas expresan y reciben amor. Según él, cada persona lo expresa con uno o dos lenguajes específicos. Lo ideal sería que lo expresáramos de estas cinco maneras, aunque, debido a lo poco concienciados que estamos de una buena educación emocional, solemos tener una expresión limitada de nuestro afecto. Ocurre a veces que expresamos el amor en un lenguaje y deseamos recibirlo en otro.

En las relaciones personales, si no nos corresponden con el mismo lenguaje de amor que expresamos, nos puede resultar complicado sentirnos queridos. Por ejemplo, una persona que expresa su amor con tiempo de calidad, no se sentirá querido si los demás no le dedican ese tiempo. La clave está en educar a los niños en todos los lenguajes.

Estas cinco formas de querer son:

  1. EL CONTACTO FÍSICO: éste no requiere palabras. Las palabras pueden ser una fuente de problemas, tanto por lo que expresamos mal, como por lo que no expresamos a tiempo. Las caricias, besos, abrazos, miradas,  son reconfortantes, y ayuda al otro a transmitirle nuestro afecto directamente.

Dependiendo de la cultura o de la sociedad en la que vivamos, el contacto físico cobrará menor o mayor importancia. Por ejemplo, en las sociedades latinas, éste es habitual entre las personas, mientras en otras sociedades, el contacto físico puede convertirse en algo meramente utilitario, como tocar a los hijos para vestirles o sentarlos en el coche.

Está demostrado que el contacto físico es muy importante para cuidar a una persona que está triste o que tiene alguna enfermedad.

  1. LAS PALABRAS: indican la aprobación o desaprobación de los demás. Con ellas expresamos: elogios, apoyo, afecto, ánimo, aliento… el poder que transmiten las palabras desde que somos pequeños es muy significativo. Las palabras de felicitación, cariño, apoyo, actúan sobre los demás de forma positiva. Su huella es perdurable en el tiempo. Así mucha gente, recuerda palabras transmitidas en la infancia como dardos hirientes sobre su autoestima. Curiosamente para los niños, son mucho más significativas las palabras de los padres e influyen mucho más sobre su autoestima, que la de cualquier extraño. Si hacemos verbalizaciones similares a: “si sigues por este camino no vas a llegar a nada”, el niño percibirá la poca confianza que se le deposita. Dentro de las palabras, está el reconocimiento por el otro: “estoy orgulloso de ti”, “me gusta mucho cuando haces esto…”.
  1. TIEMPO DE CALIDAD: sería un tiempo de atención sostenida, dirigida a una persona exclusivamente. No es tanto el tipo de actividad que se comparta, sino el hecho de pasar tiempo juntos, sin presiones ni obligaciones, por puro placer. En el caso de los niños, el doctor Chapman recomienda, aprovechar el tiempo en que se va a dormir, porque es muy apropiado para una conversación.

En las parejas hay que dedicar un tiempo de calidad para la relación: para la intimidad, para hablar, para la resolución de conflictos, para compartir actividades gratificantes…

 

  1. DETALLES: en nuestra sociedad, la falta de tiempo de calidad, hace que usemos los regalos como sustitutos de este. Aquí es importante señalar que no se trata sólo de regalos materiales. Como me decía uno de mis pacientes un detalle puede ser: escribir en el espejo del cuarto de baño “te quiero”. Es en definitiva acordarte de la otra persona, y decirle: “vi esto, y me acordé de ti”.

Algo a tener en cuenta, es no regalar nunca a la pareja dinero. Indica “superioridad” de un miembro sobre el otro.

  1. LOS ACTOS DE SERVICIO A LOS DEMÁS. Un acto de servicio no es una obligación, sino algo que se hace de manera generosa para ayudar al otro. Como por ejemplo, te recojo del trabajo, te llevo algo a la tintorería o al aeropuerto. Esta es la forma de querer reconocida como “menos romántica” o percibida como una obligación, y no como una forma de expresar amor. Es cierto que en el caso de las parejas, cuando sólo existe esta forma de querer por parte de uno de los miembros, el otro suele no percibirse querido.

Cuando reconocemos el lenguaje de amor de nuestros seres queridos o parejas, resulta más fácil comprender cómo, aunque lo intentemos, no logramos transmitir nuestro cariño.  Por lo tanto es muy importante observar qué forma de expresar el amor tiene el otro, para poder expresarle nuestro afecto en su mismo lenguaje, y viceversa.

Reconocer y respetar el amor de nuestros seres queridos, nos ayuda a la hora de la comunicación y para poder llevar a cabo con éxito la resolución de conflictos.