TERAPIA PSICOLÓGICA, SEXUAL Y DE PAREJA

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DIÁLOGOS MALDITOS: CUANDO EL VÍNCULO DE LA PAREJA ESTÁ EN PELIGRO

“El conflicto es preferible a la soledad” proverbio irlandés.

Nuestra cultura fomenta la idea destructiva y absurda de que un adulto sano y maduro no necesita contacto emocional y muestra “debilidad” al pedirlo. Sin embargo, la teoría del apego nos dice que cuando nos sentimos seguros de nosotros mismos, cuando no nos disgusta la cercanía, ni nos molesta depender de las personas que amamos, nos cuesta menos pedir ayuda y proporcionarla.

Ainswork, psicoanalista estadounidense y ayudante de Bowlby, psicoanalista inglés, fueron pioneros en las investigaciones sobre el apego. El apego es el vínculo que establecemos primero con nuestros cuidadores principales en la niñez y posteriormente en la edad adulta con la pareja.  Tiene los siguientes principios: nuestros cuidadores principales deben proporcionamos cercanía emocional y física. Buscamos esta cercanía. Necesitamos que nos proporcionen seguridad cuando nos sentimos tristes, inseguros o intranquilos. Echamos de menos a nuestros cuidadores principales cuando no están cerca o nos separamos. Necesitamos que nos apoyen cuando queremos explorar el mundo. Todo esto se traslada de adulto a las relaciones de pareja. Los adultos necesitamos seguridad y cariño, al igual que los niños.

Actualmente, la teoría del apego refuta los conceptos psicológicos equivocados de madurez emocional en nuestra cultura, donde ser adulto se reduce a independencia y autonomía, malinterpretándose la necesidad de seguridad y cariño. Bowlby sin embargo decía que la dependencia efectiva es ser capaz de buscar apoyo emocional en los demás a lo largo de toda la vida.

Las relaciones de pareja giran en torno al deseo de vinculación afectiva, la seguridad y la ansiedad de separación. Las medidas estándar en terapia de pareja como aprender técnicas de negociación, o resolución de conflictos, no suelen ayudarlas a recuperar la conexión o a mantenerla. Detrás de todo esto están las fuertes emociones asociadas a la necesidad de apego. Los problemas más nimios, derivan de pronto a necesidades básicas como la seguridad y supervivencia.

Bowlby, comprobó que la calidad del vínculo con las personas que amamos y una desatención emocional temprana definen el desarrollo de la personalidad y los lazos que establecemos con el resto del mundo.  Descubrió que se disparaba el apego cuando nos sentimos vulnerables o cuando percibimos la separación de la persona que queremos.

Las amenazas pueden ser internas o causadas por problemas externos. El quid de la cuestión está en la percepción que tenemos de ellas. Hombres y mujeres experimentamos los mismos problemas en la relación, pero de diferente manera. Ellos dicen sentirse rechazados e inadecuados y ellas abandonadas y solas. Según un estudio realizado por la Universidad de Texas, los problemas matrimoniales no se deben a un aumento del conflicto, sino a la disminución del cariño y de la respuesta afectiva o ausencia de reacción emocional. El fracaso de una relación de pareja comienza con una disminución de la comunicación y de la respuesta afectiva. El conflicto aparece después. Bowlby aseguraba que la capacidad de reacción emocional es la base del amor. La sensación de soledad y la ruptura del vínculo provocan en el cerebro una reacción de pánico primigenio. La necesidad de vinculación emocional está codificada en nuestros genes. En el fondo necesitamos saber: ¿estarás ahí cuando te necesite? ¿te importo? ¿acudirás cuando te llame? Si sabes que la persona a la que quieres acude a ti cuando lo necesitas, aumenta la sensación de seguridad y de valía. El mundo se hace menos peligroso. La vinculación afectiva, poder mirar a alguien a los ojos y decirle: abrázame fuerte, es tan básica para la vida, la salud y la felicidad, como la comida, el cobijo o el sexo. Para sobrevivir necesitamos vínculos emocionales.

“El corazón se marchita cuando otro corazón no responde”. Pearl S. Buck.

En la pareja hay dos tipos de problemas:

1.Los problemas conocidos como “pan y mantequilla”. Son discusiones de la vida cotidiana donde no nos ponemos de acuerdo en el reparto de tareas del hogar, diferencias a la hora de hacer las cosas o de expresarnos. Son problemas que no son muy importantes, pero si se producen a diario producen estrés agudo. Si estos problemas se solventan, teniendo en cuenta lo que al otro le molesta y le produce malestar, no van a suponer un gran inconveniente para la relación.

2.Luego tenemos, los problemas que se consideran más graves. Cuando vemos peligrar el vínculo afectivo, nuestra pareja nos puede dejar o emocionalmente está muy distante con nosotros, o ya no reacciona igual que cuando iniciamos la relación y estábamos enamorados. Estos son conocidos como los diálogos malditos.

Los diálogos malditos son pautas nocivas de la pareja. Aquellas expresiones o comportamientos de la pareja que cuando las expresamos o hacemos, desencadenan en conflicto o en una escalada del conflicto. John Gottman, psicólogo de la Universidad de Washington, ha descubierto que las parejas que se instalan en los diálogos malditos tienen un 80% más de probabilidades de divorciarse. Los diálogos malditos se producen cuando uno intenta llegar al otro, a través de reproches, críticas o distanciamiento emocional o físico.

El primer paso para trabajarlos es reconocerlos.  Podremos distinguir Tres tipos:

  1. ¿Quién tiene la culpa? Veo y siento lo que tú me haces e ignoro el efecto de mis actos en ti. “Todos nuestros problemas son por tu culpa” “Me he esforzado mucho más que tú en solucionar nuestros problemas”. Tener la pistola a punto. Apretar el gatillo, aunque el otro ni siquiera nos ha atacado. Esta pauta coloca a la pareja a miles de km de distancia y evita asumir la propia responsabilidad en la relación. Impide la creación de un espacio seguro y de intimidad. Cuando estamos a la defensiva, dejamos los sentimientos a un lado, y estos no pueden guiarnos. Para romper este diálogo es necesario identificar que nos hemos instalado en un círculo vicioso. La trampa consiste en intentar que el otro admita su error. Que cada miembro de la pareja piense en cuando cometió un error. Explorar los propios comentarios destructivos y averiguar cada uno qué tratamos de decir de verdad. Los diálogos malditos se producen por la necesidad urgente de hacer reaccionar al otro. Las parejas unidas por un vínculo seguro reconocen y aceptan la necesidad de apego y de vincularse. Las estrategias de supervivencia se desencadenan cuando la otra persona está distante o ausente.
  • La pauta ataque-evasión: una dinámica en la que un miembro de la pareja se vuelve crítico y agresivo, y el otro está distante y a la defensiva. En esta pauta los motivos de las discusiones son lo de menos, lo que prevalece es la desconfianza, el resentimiento y el desencuentro. En vez de centrarse en la pauta de la relación como el motivo de la discusión, se le atribuye al otro las cualidades de insensible y cruel. O Se culpan a sí mismos. ¿Cómo actúas cuando discutes con tu pareja? ¿Te encierras en ti mismo, o te aíslas? ¿atacas o criticas? ¿evitas a tu pareja para no entrar en temas frágiles que puedan poner en peligro la relación? Solemos adoptar este tipo de actitudes cuando vemos peligrar el vínculo. Para trabajar esto, la clave está en adoptar una postura flexible, así como observar las propias reacciones y el impacto que tienen en tu pareja. Este diálogo maldito no es más que una búsqueda de auxilio enmascarada. Para no caer en él tenemos que evitar la crítica o reproche. El reproche es un deseo expresado en negativo. Ejemplo: “nunca me abrazas”. En su lugar, expresar un deseo: lo que quiero que haga. “Me encanta cuando me abrazas porque me siento muy bien”. “Me gustaría que me abrazases más a menudo”.
  • Detente y huye

En esta dinámica, sin embargo, se percibe un silencio sepulcral en la pareja. Los dos están en silencio y se respira dolor y tensión en el ambiente. Se han instalado en la autoprotección y actúan como si no sintieran ni necesitaran nada. Esta es la evolución del diálogo maldito ataque-evasión. El que ataca, da la batalla por perdido y al final se queda en silencio como el otro. Surge como consecuencia de la pérdida de intimidad y la sensación de impotencia ante la idea de recuperarla. El verdadero problema de esta dinámica es que cada uno piensa que se debe a los defectos de su personalidad.

Ante este tipo de problemas, donde el vínculo está en peligro, ¿Qué podemos hacer?

Siempre, a pesar de que estemos muy enfadados o dolidos, o nos sintamos muy resentidos, tenemos que mostrar accesibilidad ante nuestra pareja. La accesibilidad es que estoy disponible. Que puedes contar conmigo, expresarme cómo te sientes, y comunicarte conmigo. ¿Puedo acercarme a ti y tú a mí? implica seguir siendo accesible, incluso cuando tienes dudas o te sientes inseguro. Estar dispuesto a desentrañar o expresar tus propias emociones y escuchar las de tu compañero, aunque te sientas vulnerable o tengas miedo. Al mostrarte accesible, evitas la desconexión con tu pareja y sintonizas con ella. Una persona se muestra accesible con el cariño físico, con gestos de cuidado, comprensión, cuando te coge de la mano y te tranquiliza, cuando, aunque no comparta tus mismos miedos e inseguridades dice que te comprende, que necesita saber cómo te sientes.

La accesibilidad está relacionada con la capacidad de reacción emocional. Cuando no hay reacción emocional, sentimos que el vínculo de pareja peligra. Básicamente es reaccionar con ternura. ¿Puedo confiar en que podrás reaccionar con afecto, y no utilizar lo que yo te digo, para hacerme sentir mal? Implica sintonizar con tu pareja y demostrarle que sus emociones te afectan. Responder con muestras de protección y consuelo cuando lo necesita. La capacidad de reacción afectiva física (besos, abrazos, caricias) nos tranquiliza emocionalmente. Pasamos de los diálogos malditos a la seguridad y la unión.

Otro problema relacionado con el vínculo afectivo es cuando vemos peligrar el compromiso: ¿puedo confiar en que permanecerás a mi lado? Algunas parejas abandonan, se van, amenazan con que van a romper la relación. Tenemos que hablar de lo que nos pasa. Tenemos que dar seguridad. Esto implica estar emocionalmente presente.

Bibliografía:

Abrázame fuerte. Sue Johnson.

ENTREVISTA TELECINCO

Cada vez se adelanta más la edad en que los niños tienen acceso a la pornografía, concretamente a los 8 años. Os dejo aquí un fragmento de mi entrevista realizada para Tele 5, que difundió la noticia el 6 de Junio de 2019, y que me proporcionaron un video más completo, para poder compartirlo con vosotr@s.

Se adelanta la edad de visualización de pornografía a la edad de 8 años

MI APARICIÓN EN INFORMATIVOS TELE CINCO

PIDEN LA RETIRADA DE TUTORIALES QUE ENSEÑAN A LOS HOMBRES CÓMO ESPIAR EL MÓVIL DE SUS PAREJAS

El día 27 de Mayo de 2019, Telecinco me realizó una entrevista, para ver cuáles son los motivos por lo que los adolescentes muestran conductas de celos hacia sus parejas, y por qué son asiduas las visitas a tutoriales en youtube, o en Apps, donde se promueve el control de la pareja, y conductas espiatorias para ver dónde están y qué comparten con otras personas. Os dejo mi aparición en Telecinco:

https://www.laprovincia.es/multimedia/videos/sucesos/2019-05-08-174079-piden-retirada-tutoriales-ensean-hombres-como-espiar-movil-parejas.html

ACTITUD POSITIVA: CÓMO EMPEZAR EL DÍA DE BUEN HUMOR

Cuando las personas nos sentimos mal,  funcionamos de forma inversa a cuando estamos bien. Yo estoy bien y quiero: hacer, sentir, elegir, planificar, sonreír…Primero SIENTO y luego HAGO. 

Pero para desarrollar una actitud positiva, cuando estoy mal, primero tengo que HACER y después SENTIR. La conducta fortalece la actitud. He aquí un vídeo ilustrativo que nos explica cómo hacerlo.

¿Eliges tener una actitud positiva? Prueba, y cambiará tu forma de afrontar el día.

 

TRES PILARES BÁSICOS PARA QUE UNA PAREJA FUNCIONE

TRES PILARES BÁSICOS PARA QUE UNA PAREJA FUNCIONE

Spinoza, filósofo del siglo XVII, define el amor como la alegría de que el otro exista.  Pero entonces, ¿POR QUÉ SUFRIMOS POR AMOR?

Según el psicólogo Walter Riso, especialista en terapia cognitiva, sufrimos por diferentes razones. Una es la concepción idealista del amor. Esta razón es de origen social. El amor es fusión con el otro, es incondicional, es eterno…nos va a hacer felices a cualquier precio. Pensamos que el amor mueve montañas. Entonces cuando ponemos los pies en el suelo y vivimos el amor terrenal, chocamos con la realidad. Todo esto hace que cuando estés en una relación te frustres porque descubres que no es tan perfecto, que hay que construirlo. El amor implica más que un sentimiento: implica cuidar del otro, aceptar las diferencias, adaptarse a los cambios, aceptar al otro como es….

La segunda causa es mucho más práctica: elegimos mal a la pareja. Cuando elegimos nos dejamos llevar por el sentimiento, por la atracción, por el enamoramiento, por la química, por la “magia del amor”. Elegimos con el corazón o de cintura para abajo. La creencia popular es que las personas opuestas se atraen. Confiamos ciegamente en que el amor lo puede arreglar todo y esto no es cierto. Todos los estudios demuestran que las personas semejantes tienen relaciones más satisfactorias. La semejanza implica tener visiones del mundo similares. No es ser igual que el otro, porque esto podría eliminar el “factor sorpresa” de la relación que sería necesario para avivarla y que no se convierta en algo “aburrido” y “predecible”.

La tercera razón es de origen personal. Por un lado, el vínculo de apego que estableciste de pequeño con tus padres. Si tuviste padres contradictorios que un día te expresaban afecto y comprensión y otro día no. Aquí se forma el apego por ansiedad o inseguro. Esto repercute de una forma directa en las relaciones de pareja cuando somos adultos. Arrastras celos, miedos, obsesiones…te sientes inseguro en la relación. La otra causa personal es cuánto te quieres a ti mismo: la autoestima. Cuando te quieres, no negocias con tu dignidad. Te respetas. No dependes emocionalmente del otro para creer que tu vida cobra sentido.

El cuarto motivo es que existen tres pilares básicos para que una pareja funcione:

EROS: en la mitología griega es el Dios responsable de la atracción sexual, el amor y el sexo. Su equivalente romano es Cupido. El eros es el deseo, la pasión, lo que tú sientes, las ganas por el otro.

PHILIA: es un antiguo término griego que se utiliza para referirse al amor fraterno incluyendo la amistad y el afecto. Es la buena comunicación, tener cosas en común. La alegría de que el otro exista.

ÁGAPE: es un término griego para describir un tipo de amor incondicional y reflexivo. Es la ternura por el otro, el cuidado, la preocupación porque esté bien.

Si falta alguno de estos tres elementos, empezamos a sufrir, a sentir un vacío. Cuando están los tres nos sentimos más satisfechos.

Para tener una relación de pareja sana y satisfactoria, es necesario sentirse autorrealizado, sino es así, pregúntate qué falla.

 

AUTOESTIMA VERSUS NARCISISMO

Si alguien dijera: “Mi pareja me elogia muy pocas veces, no suele complacerme, ni muestra una preocupación normal por mí, me dedica poco tiempo y casi nunca me expresa afecto”, estaríamos de acuerdo en dudar si realmente existe amor.

Ahora bien, ¿qué ocurre si eres tú quien no hace todo esto contigo mism@? Probablemente dudarías si efectivamente te quieres lo suficiente.

Si no eres capaz de cuidarte y de quererte, buscarás en el otro la tabla de salvación que te libere de tus propios miedos e inseguridades. Enamórate de ti para poder enamorarte de otros sin crear una relación de dependencia con los demás. Lo que John Bowlby, psicoanalista inglés, denominó apego seguro.

Confundimos querernos a nosotros mismos con el Narcisismo. Dice la mitología griega que  Narciso, subyugado por la bella imagen de sí mismo que le devolvía el río, se retrajo de toda posible relación amorosa con otros seres y su cuerpo se fue consumiendo para terminar convertido en la flor narciso, una flor tan hermosa, como maloliente.

5 CARACTERÍSTICAS PARA DETECTAR A UNA PERSONA NARCISISTA

Según el DSM5, el Manual diagnóstico y estadístico de los Trastornos Mentales éstas serían las características de una Personalidad Narcisista:

Patrón dominante de grandeza (en la fantasía o en el comportamiento), necesidad de admiración y falta de empatía, que comienza en las primeras etapas de la vida adulta y se presenta en diversos contextos, y que se manifiesta por cinco (o más) de los hechos siguientes:

  1. Tiene sentimientos de grandeza y prepotencia (p. ej., exagera sus logros y talentos, espera ser reconocido como superior sin contar con los correspondientes éxitos).
  2. Está absorto en fantasías de éxito, poder, brillantez, belleza o amor ideal ilimitado.
  3. Cree que es “especial” y único, y que sólo pueden comprenderle o sólo puede relacionarse con otras personas (o instituciones) especiales o de alto estatus.
  4. Tiene una necesidad excesiva de admiración.
  5. Muestra un sentimiento de privilegio (es decir, expectativas no razonables de tratamiento especialmente favorable o de cumplimiento automático de sus expectativas).
  6. Explota las relaciones interpersonales (es decir, se aprovecha de los demás para sus propios fines).
  7. Carece de empatía: no está dispuesto a reconocer o a identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás.
  8. Con frecuencia envidia a los demás o cree que éstos sienten envidia de él.
  9. Muestra comportamientos o actitudes arrogantes, de superioridad.

CÓMO IMPEDIR QUE UNA RELACIÓN CON UN NARCISISTA MERME MI AUTOESTIMA

El mejor antídoto para caer en relaciones tóxicas, ya sean personales o laborales, es una buena dosis de autoestima. Si tenemos un buen autoconcepto de nosotr@s mism@s, confiamos en nuestras capacidades, y en nuestra valía personal y somos capaces de autopremiarnos o autogratificarnos sin esperar a que lo haga otro por nosotros, tendremos una buena vacuna contra las dosis del Alter Ego.

En la autoestima hay igualdad entre las personas. Yo me acepto a mí y te acepto a ti, aunque no pienses, ni sientas, ni te comportes igual que yo.

Sin embargo tras la fachada de “Seguridad” de un Narcisista, se esconde un problema de autoestima. Estas personas necesitan que los demás le digan, le admiren, le complazcan, para sentirse bien. Esto no es autoestima, pues si no obtienen admiración y reconocimiento por parte del otro, se enfadan y se aburren.  Nos dirían: yo me acepto a mí, pero no te acepto a ti. Tendría estas tres características básicas:

Egolatría: rendirse pleitesía a sí mism@.

Egocentrismo: pensar que el otro no es un interlocutor válido.

Egoísmo: quiero todo para mí.

CRITERIOS PARA ESCOGER A PERSONAS QUE NOS APORTEN EN NUESTRA VIDA

  • Benevolencia. Que tengan intención de hacerte un bien.
  • Honradez de pensamiento. Que no tengan dobleces de pensamiento, es decir, que coincida lo que dicen y lo que hacen.
  • Generosidad. Que no tengan un egoísmo extremo.
  • Reciprocidad positiva. Esto es, que cuando das en la relación tienes la sensación que no das a fondo perdido sin recibir nada a cambio.
  • Capacidad de perdonar. De volver a empezar.
  • Que sean capaces de mostrar amor.
  • Capacidad de empatía y de rectificación.
  • Que respeten tu espacio y no te aislen de tu entorno.

Una relación verdadera requiere tiempo. Huye de la intensidad fugaz de aquellas relaciones que rápido empiezan y rápido acaban.

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